El tendedero

martes, 17 de julio de 2007

Día de la población

Argentina Casanova Mendoza

Este mes se conmemora el Día de la Población y toca al Consejo Estatal de Población realizar las actividades correspondientes para promover algunos y poner atención en actividades que evalúan la condición de la población en el estado, en el país y en el mundo. Es esta la oportunidad para que las personas reflexionemos hacia dónde va nuestra raza, hacia dónde estamos construyendo ¿o destruyendo? el planeta, y con ello todo vestigio de civilización.
Las noticias de los periódicos se llenan de pronósticos negativos en el orbe, inundaciones donde nunca antes las hubo, granizadas, tormentas, crecientes, sequías, calores extremos, todo aumenta menos el esfuerzo de quienes habitamos este planeta por preservarlo, tal y cómo lo hemos recibido. Tal y como dice aquella frase de que “nosotros no hemos heredado el mundo de nuestros padres, lo tomamos prestado de nuestros hijos”, vaya para aquellos que tienen hijos es increíble que no hagan algo por cuidar el medio ambiente ni procurar hacer del estado y del país un mejor lugar para vivir.
Aunque lleva algo de catastrofista esta visión, no se puede tener otra en un ambiente en el que nadie parece estar dispuesto a hacer algo por el prójimo, por evitar despilfarrar el agua, la energía, por mantener los espacios limpios y bien conservados, por trabajar sin destruir el planeta, es más siquiera por conservar en buenas condiciones el lugar en el que vivimos.
Quizá no todos se preocupan pensando en cómo será el mañana para la población que hoy día puebla el planeta, quizá pocos se detienen a pensar en cómo contribuir para hacer de éste un mejor lugar para todos. Las grandes potencias como Estados Unidos parece tener fe en que los males que afecten a la humanidad podrá aislarlos erigiendo un muro que los separe de la miseria y de la extinción, tal y como ocurre en las películas futuristas, ellos serán los conquistadores, los vencedores y los únicos que puedan migrar de este planeta a otro, igual que una plaga que acaba con su entorno para ir en busca de otro. Es Estados Unidos el que se ha negado a firmar el Tratado de Kyoto que busca sumar a todas las potencias a la protección del planeta.
Las cifras nos ponen en alerta, cada día derrochamos agua dulce que contaminamos y su recuperación podría tardar miles de años, arrojamos sin piedad alguna desechos de todo tipo a los botes de basura o a la calle misma. No hay conciencia del daño que las baterías le causan al medio ambiente cuando se arrojan en los tiraderos de basura que tenemos porque ni siquiera son basureros que protejan la capa del subsuelo de los lixiviados, como se denomina a los “jugos” que se acumulan de toneladas de basura y que van a dar directamente a los mantos freáticos.
Estas cosas ocurren todos los días y poco hacemos por tratar de cambiarlo, seguimos creciendo en número, como una familia –la población- que satura su casa y demanda cada vez más servicios, pero sin atender a los requerimientos del lugar en el que habitamos, haciendo poco caso a las necesidades de los otros habitantes, las especies naturales.
A diario vemos listas de especies que hay desaparecido, flora que se ha extinto por la depredación, por la tala de bosques y por la explotación irracional de los recursos marinos y silvestres, y lo tomamos como una nota más, incluso como la información menos importante y no nos atrevemos a sumarnos a las acciones de agrupaciones ambientalistas que luchan por proteger al planeta.
Así conmemoramos el día de la población, con escasas expectativas de mejoría en esos problemas que la especie humana ha causado en el planeta y con pocas posibilidades de unirnos para que a conciencia hagamos algo por nuestra casa, por nuestro hogar, este planeta que es el único en el que podemos respirar sin ningún problema.
Quizá pocas veces nos detenemos a pensar qué sería de nosotros si tuviéramos que vivir con un aparato con el que anduviéramos por todos lados para poder respirar, o qué pasará cuando el calor se vuelva tan insoportable en las ciudades y sea necesario disponer de equipos acondicionadores del ambiente. ¿Llegarán a existir ciudades con domos que permitan a las personas respirar y tener un clima tolerable, donde sólo podrán estar los productivos o aquellos que gocen de un mejor nivel de vida?
¿Qué pasará con aquellos, que como hoy, no tienen para pagar un aire acondicionado y apenas disponen de un ventilador para tratar de hacer más agradable su vida? Realmente son pocas las posibilidades de vida que tiene toda la especie si desde ahora no nos unimos todos y hacemos conciencia de que estamos acabando con nuestro planeta, que no se trata de no ser más, sino de que los que estemos en la tierra cuidemos todos los recursos y aprendamos a vivir con tolerancia hacia los demás.
Cada país tiene objetivos específicos para los próximos años, y los de México no pueden estar alejados de comprometerse en instrumentar acciones que realmente garanticen la protección y el pleno respeto al medio ambiente. De lo contrario seremos los primeros en sufrir las consecuencias con el efecto de la naturaleza.
Por lo pronto, estas fechas nos sirven para pensar, para analizar cómo estamos viviendo, qué estamos haciendo como personas y desde las instituciones para que toda la población participe en el cuidado del hogar de toda la población mundial, en el planeta que nos tocó habitar y que es el único en donde podemos vivir en miles de millones de años luz de distancia, porque hasta ahora no se ha encontrado un solo planeta que presente las mismas características que este, el oxígeno, el agua, la tierra, y todo lo que visto desde lejos es una masa azul y en lo próximo es toda la belleza de una especie que ha evolucionado en lo intelectual, pero también que ha avanzado en la depredación de su entorno.
Las acciones se pueden iniciar en lo individual, así es como inician las grandes obras que este país, y el estado mismo requieren para que en unos años cuando se celebre el Día de la Población, festejemos que hemos avanzado de manera positiva en los objetivos de bienestar para los niños, las mujeres, los hombres, los ancianos, y de las especies naturales, protegiéndolas y garantizado su integridad, la recuperación de las poblaciones diezmadas por la sobre explotación e incluso con la reforestación de áreas devastadas.
Todos podemos contribuir con un poco, es cuestión de asumir que como pobladores de este planeta, tenemos también la responsabilidad de cuidarlo. En la Universidad Autónoma de Campeche hay un módulo de almacenamiento de teléfonos celulares inservibles, quizá ahí nos puedan decir qué hacer con las baterías, para no arrojarlas a la basura, estamos a tiempo si queremos seguir siendo habitantes de este planeta.

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