El tendedero

miércoles, 24 de marzo de 2010

CUARTO PODER

La escasez del agua

Argentina Casanova

Por insólito que parezca, en el mundo hay cerca de 900 millones de personas que carecen de agua, además de que hay 1.5 millones de niños que la consumen contaminada porque los cuerpos de agua a los que tienen acceso reciben desechos tóxicos. Esto se traduce en condiciones de pobreza, insalubridad, enfermedad y otra serie de circunstancias que los ubican en desventaja con respecto al resto de la población mundial.
Y digo que por insólito porque no obstante estas cifras en la celebración del Día Mundial del Agua, el consumo de este precioso líquido cuya escasez eventual nos puede enloquecer, aún así continuamos generando condiciones contaminantes sin el menor respeto por el futuro de la humanidad.
Basta tomar el ejemplo de lo que ocurre en la ciudad de Campeche, donde sin ninguna consideración a diario se arrojan litros y litros de aguas por el lavabo, en el que también vierten aceite, además de las aguas jabonosas que arrojan a las calles destruyendo el pavimento.
Lo peor de todo es que se ha perdido también la capacidad de uso, almacenamiento y aprovechamiento del agua de lluvia que antes se usaba mediante los aljíbes y posteriormente se depositaban en las tinajas en las que siempre había agua fresca y limpia para tomar.
Hoy día no sólo se desperdicia ya que nadie aprovecha el agua lluvia que aún es limpia por estos lugares, sino que se toma sólo la de garrafón sometida a procesos purificadores químicos y para ser enfriada se utiliza energía eléctrica.
El costo lo pagarán las futuras generaciones, ya que sin un escenario catastrofista de destrucción del mundo, se puede adivinar un panorama difícil para las mujeres y hombres que tengan que lidiar con un mundo en el que el recurso más preciado va a ser el agua.
Aún hoy, hay empresarios –los grandes ricos- que ya empiezan a adoptar medidas de precaución y se han hecho con el poder que concede el dinero, de la propiedad de cuerpos de agua en los lugares en donde aún se puede hablar de la pureza de este vital líquido.
En países como Argentina y Chile, hay toda una lucha contra los grandes terratenientes extranjeros que han pretendido comprar –muchos con éxito- lagos y ríos que abastecen a ciudades y pueblos, con un futuro que se antoja bastante difícil para la humanidad si continúa esa privatización del recurso fundamental para vida.
No obstante la riqueza que se pueda acumular en los grandes países desarrollados, el bien más valioso sigue siendo el agua, y es al que le conceden la mayor importancia. Esa es la razón por la cual Inglaterra se apropia de las islas más al Sur de América, porque eso le concede poder reclamar derechos sobre la Antártida, que es el manantial de agua más grande de la humanidad.
Y ejemplos así abundan donde quiera, el mundo está lleno de países que buscan darle a su población la certeza de la fuente de agua limpia, resguardar depósitos y proteger las fuentes naturales de agua, claro pero sin importarles la contaminación que generan algunas actividades económicas o de explotación mineral en los países subdesarrollados.
Es sabido que en Africa hay una cantidad de depósitos de basura de equipo de cómputo que a la larga contamina los mantos freáticos, pero como a nadie le interesa dónde quedan esos lugares, las grandes corporaciones han hecho negocios con el futuro de la población de estas regiones.
No es ocioso que la película Camerra que denuncia y plantea la globalización del crimen en una ciudad llamada así, de Italia, incluya entre sus temas el depósito de material tóxico. Como un negocio que reditúa grandes cantidades a un empresario que cuenta con la complicidad miserable de quien en aras de la necesidad momentánea le otorga el permiso para que sean enterrados en sus predios toneles llenos de material tóxico.
La corrupción llega a esos niveles, a esos sectores y está en todos los países, por algo nuestro paisano Jorge Carpizo Macgregor dijo que la corrupción de México solo es equiparable a la de Italia, por el primer ministro que encabeza el gobierno.
Y nos damos cuenta entonces que la pureza del agua tiene que ver con los países, con las personas, con las naciones pero también con el crimen organizado y con la corrupción de unos cuantos que se juega el futuro de la humanidad.
Si hoy día hay 1.5 millones de niños que solo tienen acceso a agua contaminada. No me imagino lo que será en unos años más.
El futuro no se acabará por un meteorito o porque lo diga el calendario maya, es probable que el fin del mundo esté en manos de todos los que contaminan el agua sin pensar que cuando el agua dulce se agote, no habrá más pero tampoco habrá más vida humana.

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